Los activos de una empresa (los bienes o recursos que la empresa tiene), se diferencian de acuerdo a su rapidez en hacerse efectivo o dinero.
Los activos pueden ser:
Los activos fijos se clasifican según diferentes características.
Son físicos, tienen forma y pueden verse y tocarse:
Estos se adquieren no por su valor económico, sino por su funcionalidad
Según su beneficio para la empresa se determina su vida útil para la compañía y así mismo se deprecian dentro del balance de la compañía.
Es decir, se determina en cada periodo contable el valor que estos van perdiendo respecto al que fueron adquiridos para el momento en que se den de baja.
Son activos que la empresa adquiere para su disfrute pero no son físicos ni pueden verse, ni tocarse, pero si pueden disfrutarse.
Un ejemplo de estos son la patentes o registros de marca, que permiten que los productos o servicios que la empresa lleva al mercado tengan un valor agregado.
Estas inversiones son activos que permiten a la empresa generar otros ingresos adicionales, o incluso expandir su espacio para comercializar sus productos en mercados muy cerrados.
Los Activos fijos de la empresa son básicos y necesarios para la producción de bienes y servicios, son la columna vertebral de los que la empresa es y puede conseguir.
Adicionalmente, los activos fijos son el respaldo para las deudas o pasivos que la empresa tiene o puede adquirir en el largo plazo y que le permiten crecer y adquirir más activos.