Una provisión de fondos bien planificada implica incluir estos adelantos en el presupuesto que se emite al cliente. Además, se deben incluir los impuestos correspondientes en trámites y el cronograma de desembolsos.
La cantidad de adelantos puede depender del tiempo que durará el servicio, o de acuerdo a su magnitud o complejidad.
Su utilidad viene dada de acuerdo al objetivo que persigue. Entre estas razones están:
Los gastos que puede enfrentar el prestador del servicio pueden ser de diversa índole.
Entre los más comunes se encuentran:
Como se puede apreciar, los gastos que enfrenta el prestador del servicio deben ser asumidos por el cliente.
Si bien ambos conceptos pueden ser confundidos, no significan lo mismo. En ambos casos se realiza un adelanto de dinero o anticipo, pero sus diferencias se basan en el hecho de que:
Solicitar una provisión de fondos requiere de un procedimiento contable que permita una correcta declaración de impuestos.
Pero los fondos percibidos deben diferenciarse entre lo correspondiente a los gastos y lo que se anticipa por concepto de honorarios profesionales.
De esa forma, los gastos por concepto de trámites y papeleo, registro o notaría, no son gravados a cuenta del prestador del servicio, sino del cliente.
La facturación es como la de cualquier servicio. Sólo hay que tomar en consideración que la factura:
Si el cliente es otra empresa o profesional, habrá que retener lo correspondiente al impuesto sobre la renta. Esto según lo estipulado en las leyes de cada país.