El Efectivo y sus equivalentes forman parte de una partida contable.
En el balance de situación de la empresa se corresponden con los activos corrientes. Allí se aprecia tanto el efectivo disponible, como los activos convertibles en un corto plazo.
La caja de una empresa está compuesta de la siguiente manera:
Para lograr esto, la organización dispone de una tesorería en la que se involucran diferentes activos.
Todo esto debe ser cuidadosamente administrado, ya que tampoco es muy conveniente disponer de demasiado Efectivo.
Para que se realice la equivalencia entre un activo y el Efectivo, es necesario:
Para medir la liquidez de la empresa se pueden emplear distintas mediciones. Las más comunes son la quick ratio y la cash ratio.
La prueba de cash ratio es la más óptima porque sólo considera el efectivo y equivalentes.
A criterio de cada empresa, se elaboran luego las estrategias de Efectivo. Una gran cantidad de dinero en caja implica menores oportunidades de inversión.
Es necesario que se tenga en cuenta que:
Por ese motivo, parte del Efectivo hay que invertirlo en activos convertibles en un corto plazo.
Ejemplo de esto, pueden ser las inversiones en títulos o bonos de la deuda pública.
Los títulos de la deuda pública permiten su conversión en dinero en plazos que van desde los 3 hasta los 18 meses
Es el estado contable que ofrece información sobre la cantidad de Efectivo que dispone una empresa.
Gracias a este estado contable se tienen en cuenta todos los movimientos de efectivo y sus equivalentes.