Para poder tener una organización, todas las sociedades tienen diferentes normas, y dentro del contexto empresarial es igual.
Tanto por temas comerciales, como financieros y tributarios (impuestos), las empresas necesitan rendir sus informes tanto para sus manejos internos, como para mostrar a entidades externas como el gobierno, los bancos, las cámaras de comercio, etc.
Para tener una homogeneidad o igualdad en estos periodos de tiempo, existe el año fiscal, que como ya se mencionó, por lo general es igual al año calendario.
Los informes del año fiscal, hacen en general referencia al cierre contable de operaciones comerciales en los doce meses.
Por este motivo se generan informes de todo tipo, y por sobre todo contables;
Así mismo todo esto implica la realización de presupuestos y planes de trabajo para el año fiscal que llega, ya que la empresa nunca para.
De todos los informes generados sobre el periodo del año fiscal se desprenden toma de decisiones para la empresa y los compromisos que tienen que ver con los resultados de la empresa:
Los cierres contables del año fiscal deben estar siempre avalados por un contador público titulado y cumplir con las normas nacionales e internacionales aprobadas en esta materia.
Cada país toma sus propias decisiones acerca de los tiempos o los períodos dentro de los cuales se define el año fiscal, pero todas las empresas deben cumplirlo y acogerse a estos periodos.
En la mayor parte de los países del mundo este año fiscal coincide con el año calendario
Tener esta homogeneidad permite a los gobiernos tener fechas específicas para todas las empresas y que todas tengan sus cierres similares, lo que facilita grandemente la recolección de información requerida.