Gracias a la Inteligencia de negocios (BI, Business Intelligence) se analiza estratégicamente la información, incrementando la eficiencia y acelerando la toma de decisiones.
Con esto se genera información a diario que resulta de gran valor para:
Para así obtener ventajas competitivas.
Los datos son almacenados por la empresa en un data warehouse (grandes almacenes digitales) conteniendo toda la información y registros históricos de manera organizada, categorizada o por subconjuntos.
Los resultados se presentan mediante software de visualización en tableros (dashboards), infografías y reportes que conjugan los indicadores.
Y todo mediante gráficos y texto que dan cuenta del estado o situación simplificada de la empresa en un momento determinado.
Es posible discriminar la Inteligencia de negocios según sus enfoques y necesidades de aplicación, entre los cuales están:
Estos enfoques, combinados con el uso apropiado de las herramientas y tecnologías, marcan la diferencia entre las empresas que crecen y las que no lo hacen, o entre el éxito y el fracaso.
Por tanto, la Inteligencia de negocios es un factor clave para el desarrollo y crecimiento de la empresa, ya que suministra información oportuna, confiable y de calidad a los tomadores de decisiones.
De esa forma, se generan condiciones para introducir, de manera acertada, productos y servicios en nuevos mercados, realizar el análisis de costos y evaluar la rentabilidad de los bienes de consumo.
Esto abarca desde el momento en que una persona busca un bien o servicio hasta que se convierte en un cliente.
Pero incluso, más allá cuando se desea conocer la experiencia de los consumidores.