Los OKR pueden ser empleados tanto por organizaciones como por personas que aspiran a obtener mejoras en cualquier ámbito. Las dos partes clave son definir los objetivos y, luego, rastrear periódicamente los resultados que se van obteniendo. Los objetivos son aquellas metas que se quieren alcanzar, o hacia dónde se quiere dirigir la empresa. Por ello, deben inspirar y motivar al equipo.
Y los resultados son los efectos o consecuencias que provoca la aplicación de los objetivos. Estos se miden, se procesan e informan cómo van los planes.
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Características de los OKR
Son muchas las características que tienen los OKR, entre las cuales se pueden mencionar:
- Son ambiciosos, puesto que deben motivar al logro y el mejoramiento.
- Son simples, claros y precisos. Además, son rastreados periódicamente (por mes, trimestre o año).
- Se establecen mediante acuerdo y jamás se deben imponer, de esa forma se aseguran buenos resultados.
- Los resultados son medibles y verificables.
- Las mediciones se enfocan en el crecimiento y no deben ser elementos de juicio definitivo.
- Con ellos se analiza de mejor manera las actividades y gestión de la compañía.
Entonces, cuando se emplean en la organización, deben ser de conocimiento de todos. Así, se logra involucrar a todo el equipo en alcanzar las metas.
Pero también tienen que ser abiertos y permitir cambios, de modo que se puedan actualizar y ajustar a la realidad.
No hay que olvidar que pueden ser aplicados en cualquier ámbito de la vida personal o empresarial.
Diferencias entre los OKR y los KPI
Los KPI son los indicadores clave de rendimiento, que se utilizan evaluar la gestión y saber cuánto avanza un emprendimiento.
Si bien podrían confundirse, hay diferencias claras entre ambos, a saber:
- OKR es más bien una técnica, mientras que los KPI son indicadores.
- Los KPI indican el estado actual en el que se encuentra una compañía. En cambio, los OKR determinan hacia dónde se quiere llegar.
- Los KPI son puntuales y específicos, mientras que los OKR son amplios y generales.
Los OKR están dotados de integralidad, lo cual quiere decir que plantean el objetivo y a la vez miden el resultado. Mientras los KPI sólo detectan los resultados.
Por esa razón, ambos pueden ser perfectamente complementarios, pero los OKR siempre estarán por encima de los KPI.
Pasos para formular los OKR
De manera general, para plantear los OKR en una organización se pueden seguir los siguientes pasos:
- Definir la frecuencia con que se van a configurar los OKR (mensual, trimestral o anualmente).
- Plantear los objetivos, los cuales deben ser cortos y específicos, pero que ilustren con claridad lo que se quiere lograr (hacia dónde se quiere ir).
- Definir la forma de medir y procesar los resultados (cómo identificar y controlar los efectos).
- Registrar semanalmente los distintos datos de interés o variables que contribuyan a definir los resultados. Estos son los pequeños progresos.
- Si se emplea software especializado para gestionar los OKR, se podrá ver el progreso de manera visual y realizar ajustes en los ritmos de trabajo.
- Procesar todos los datos de forma general al terminar el trimestre y evaluar las metas.
Una vez que se llega al final del periodo y se someten a prueba los objetivos en base a los resultados alcanzados, es conveniente introducir mejoras.
Para ello, hay que considerar lo que se hizo bien, lo que se debió hacer de otra forma, y qué se debe hacer en el próximo periodo.