Utilizar un aval en un contrato es algo muy común ya que permite asumir determinadas obligaciones que, de no contar con el aval, no podrían asumirse. Las tres partes que conforman el contrato son:
- Avalista: Es aquella institución o persona física que se compromete a solventar la deuda ante el incumplimiento en el pago.
- Beneficiario: Es la institución o persona física que solicita la participación del avalista dentro del contrato y a modo de garantía.
- Avalado: Es la parte del contrato que obtiene la garantía, asegurando así, el cumplimiento de la deuda.
Este tipo de garantías, suelen utilizarse al momento de solicitar un préstamo bancario o al momento de firmar un contrato de alquiler de una propiedad.