En el caso de que los resultados arrojen pérdida se asentará como resultado negativo del ejercicio y pasa a consideración de si será compensada con reservas o con beneficios de futuros ejercicios. Constituyen parte de los fondos propios y se reflejan en el patrimonio neto del balance de situación. Permanecen en los fondos propios hasta que la empresa tome una decisión sobre su uso.
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Una vez que termina un ejercicio contable, las empresas deben realizar el cálculo de las cuentas cada año.
Además, deben formular el informe de gestión para definir cómo serán aplicados los resultados.
Su finalidad es permitirle a la compañía tomar una decisión sobre dirigir las ganancias a las reservas o distribuirlas entre los asociados.
A este subgrupo pertenecen las siguientes cuentas:
Una vez que se obtienen los resultados del ejercicio anterior, se puede encontrar que sean positivos (con ganancia) o negativos (con pérdidas).
Pero estarán pendientes de aplicación. Entonces, se puede considerar que:
Por lo general, cuando las empresas caen en pérdidas durante el ejercicio contable, los asociados suelen compensarlas realizando aportes.
Cuando el resultado es negativo se debe restablecer el equilibrio en el patrimonio. Para ello, se espera a generar ganancias que puedan compensar la caída de los activos.
El remanente son las ganancias que aún no han sido distribuidas entre los socios ni destinados a otra cuenta.
Esto significa que se ha obtenido un resultado positivo y los recursos se pueden pasar a las reservas o a la cuenta de tesorería. Para ello:
Ello le permite a la empresa tener una correcta apreciación de hacia dónde deberá destinarlos para la mejor operación de la compañía.