La decisión de la empresa de retener ganancias puede estar fundamentada en tres motivaciones: por norma o reserva legal, por estatuto, o voluntaria. Si es por norma es en cumplimiento de una ley que obliga a conservar como reserva un porcentaje de lo que se ha conseguido como beneficios en dicho ejercicio. Si es por estatuto, es en cumplimiento de la decisión de los socios al establecer la administración de las ganancias, definida como regla en su contrato social. Si es voluntaria, la decisión de retener este porcentaje se habrá decidido en una reunión de junta directiva o de socios. Los posibles usos de estos fondos retenidos son: autofinanciación, mantener un fondo de liquidez para futuras necesidades de efectivo, cancelar deudas financieras, aumentar las nómina de empleados, invertir en investigación, capitalización de la empresa, adquisición de maquinaria o equipos, mejoras, expansión de la compañía. Las ganancias retenidas pasan a integrar el patrimonio neto de la empresa.
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Cuando finaliza el ejercicio contable, generalmente anual, de una empresa se restan los gastos totales a los ingresos.
Como resultado se obtiene lo que se denomina ganancia neta.
De la cifra que resultó como ganancia neta, un porcentaje se repartirá como dividendos entre los accionistas, si corresponde ese año.
Luego de haber restado los dividendos de los accionistas, del dinero que ha quedado como beneficios, se puede retener una parte en concepto de ganancias o utilidades retenidas.
Muchas empresas optan por retener ganancias como mecanismo de financiamiento.
Ello se realiza con la intención de evitar el endeudamiento, ahorrando costos por intereses, siendo una forma eficaz de reducir egresos.
Una vez que finaliza el ejercicio económico, es común realizar un balance en el que se determinan las ganancias.
De allí se toma la decisión de distribuirlas entre los accionistas o retener una parte para reinvertir.
Esto tiene por finalidad:
Su utilidad e importancia están dadas en función de los objetivos mismos que les sirven de fundamento. De esta forma su importancia se centra en lo siguiente:
Mientras mayor es la cantidad de ganancias que se retienen se puede tener una idea del éxito alcanzado por la empresa.
Eso convertirá a la organización en una muy buena alternativa para seguir invirtiendo.
Las ganancias retenidas integran el capital de los socios o patrimonio neto. De esa forma aparece representado en el balance de situación de la empresa.
Su cálculo se realiza restando los gastos del ejercicio a los ingresos obtenidos, de forma que se obtiene la ganancia neta.
A partir de la ganancia neta se procede al pago de dividendos a los accionistas, pero si se decide retenerlas, el pago se postergará.
Cuando las empresas no disponen de la suficiente madurez o están iniciando actividades, puede ser común que se retengan las ganancias.
Esto puede ser así durante varios ejercicios hasta obtener una buena rentabilidad.