El balance de apertura fija la situación en la que una empresa inicia su ejercicio.
Representa la posición financiera en la que una compañía se encuentra el día antes de que ingresa la primer transacción.
Cuando la empresa realiza el cierre del balance de situación, este se convertirá en el balance de apertura del periodo que le sigue de forma automática, alterando el signo con el que se encuentran las cuentas.
Esto debido a que puede ser de vital ayuda al momento de formular un presupuesto para el negocio.